http://www.youtube.com/watch?v=2mqaMf3uMMo
Aprendi que tengo que vivir mi historia, que la protagonista de mi camino soy yo y el dia a dia es la oportunidad perfecta para las cosas trascendentales. Aprendi que debo de dejar de llenar el silencio con ruido y que el tiempo es uno. Aprendi que no vale la pena hacerse el fuerte, lo que vale la pena es saber que puedes. Aprendi que si no entiendes lo que te pasa, tienes que respirar y dejar que las manecillas del reloj den vueltas y despues todo va a estar mas claro que el agua. Aprendi que los que te quieren, te quieren con todo y porqueria, te quieren aunque te emborraches un sabado y hagas un papelon en la discoteca. That's all, Que año increible.

Perdón por esta tristeza.

De pronto mire a mi alrededor y todo seguía así, como siempre, pero con otro matiz. Un matiz que me hacía ver que algo no andaba bien, que en mi ser había un cerro de dolor que acompañaba tristemente mi andar y si bien estaba en el fondo, existía y rasguñaba sutil mis entrañas.

La paz que había conseguido esta tarde huyo. Una paz que añoraba y que me había hecho creer que nunca más iba a volver. Fugazmente la tuve entre mis manos y jugué con ella y sonreí, como esos sentimientos efímeros que cada vez llegan más constantemente y que me hacen sentir perdida, como un dibujo animado en un mundo real, como roger rabbit en el mundo que corre pero menos espectacular.

Algo perdí y ese algo fue la cabeza.

El cigarrillo se consumía entre sus dedos mientras alguien terminaba de pronunciar la palabra “morir” y fue en ese momento que decidió que realmente era momento de revivir y de prender otro cigarrillo, igual y hay cosas que aun no iban a cambiar, pero todo lo que le anudaba la garganta comenzaba a irse con el viento frio que golpeaba con fuerza las hojas de los árboles y con el humo de ese cigarrillo.

Yo me muevo, yo vivo, yo escribo, yo siento un nudo en la garganta, me siento mal y me siento bien o todo al mismo tiempo. Tu me conoces. Tu te desesperas, tu no entiendes que todos los dias me siento diferente y soy diferente. Tu no entiendes mi rareza. Me mueve lo minimo. Vivo moviendome. Mi cabeza esta terriblemente loca o cuerda, es mia o es del mundo. Y sin darte cuenta te das cuenta que no me conoces. Yo cambio y sigo cambiando. Hoy te extra;o.

Estoy perdida en la hipocresía de los días, estoy perdida en el todo de tu voz. Estoy sentada, como siempre, solo mirando nada y los días siguen estando llenos de personas pasando como manchas difuminándose, encerrándose en mi humo… en mí, en todo y en mi corazón solo hay paz o aire que me devuelve la esperanza de un mañana difícil pero mañana al fin. Solo quiero que estés o que no pero no a medias. No quiero despertarme sin saber, no quiero pensar en qué cara poner. Estoy mezclándome con tus excesos y mi dolor.

Estoy en el mundo de los sentimientos efímeros pero mis momentos tienen un color y un sabor eterno. Y es cuando me acuerdo de nuestras tardes sepia y del gris del final, nos faltaron ganas y mi garganta se anudó, sentí un amargo terrible en la boca. Sí, nos faltaron ganas.

Me maté preguntándome qué tan importante es para nosotros lo que todos piensan?

Nos maté. Maté un poco mi mundo.

Ahora no quiero vivir a un lado, quiero estar ahí.

Qué tanto cambiaríamos si volamos más?

Él tenía el ego del tamaño de un dinosaurio y se metió a su vida como si tuviera la necesidad de comerse un poco de ella, pensándose tan inalcanzable como para aceptar que alguna desvastadora reacción de un ser ínfimo y torpe podría dañarlo. Claro, pero era prácticamente ciego cuando algo no se movía frente a él y ella no se movía para él. Tal vez ella como curiosa quizo actuar un poco vanal ante sus ojos, un poco ínfima, un poco torpe, un poco mentirosa como para no decirle que en realidad no era de las cosas que tenía en la mente, como para decirle que era tonto como la mayoría, que no se la pasaba bien cuando estaba a su costado, como para contarle que en realidad no son sus relaciones con las demás mujeres lo que le molestaba, sino él y que pensara que ella seguiría sus pasos.

Un día ella se hartó de su voracidad y lo escribió. Aún está completa o eso cree.

Hoy no, hoy solo necesitaba leer Amor 77: "Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son."
Tal vez porque hoy vi esos ojos que mucho no significan pero significan un recuerdo. Un recuerdo que no sabe a gloria, que no sabe a paz, que no sabe a luz, que sabe a locura, a una simple y agridulce sonrrisa. Hoy no quería tener la gracia de escuchar a esos ojos gritándome por un momento, quería que escuches a estos ojos murmurar desesperadamente que no soy tuya, que soy del tiempo o del viento, que no soy lo que ves, que soy lo que no ves.

Me alucinan las luces de la ciudad, me alucinan tanto las luces que miro desde la ventana del cuarto prestado por una de mis veintiquince tías, me alucinan los gatos afilando sus garras para después perseguir a algún ratón que juega entre las enrredaderas. Me alucina sentir mis pies helados. Me entristece no tener a nadie para decirle que me muero de miedo, que no sé qué hacer, que me ahogo, que necesito un oido.

Yo también necesito tiempo. Digo yo también porque como si fuera muy inteligente me he dedicado a pensar que lo mío es lo de las reacciones rápidas, pero no.
Yo necesito tiempo para escuchar a Borges cuando grita maravillas. Necesito tiempo para entender que tengo que desalojar mi habitación porque casi no es mía. Necesito tiempo para mirarme por dentro y buscar el viento que me ayudará a desenredarme. Necesito tiempo para mirar esos ojos y comprender que ya no me pertenecen o que, mejor aún, nunca me pertenecieron. Necesito tiempo para sentir los efectos, necesito tiempo para descubrir los estragos.

Comenzó un viaje, largo, nadie se enteró hacia donde pero sabían que huía de ellos, del color, del smog. Pero yo sí, yo sabía que venía hacia el gris. El gris no era más que la ausencia de color y era genial porque cuando nos invade el smog el color se vuelve triste, en cambio en el gris nada hacía falta, solo sonreír para hacer que los destellos de luz viajen entre nosotros.

Llegó temprano, aún estaba yo mirando el mar. Saltaban peces gigantes. Ella se acercó y no tapó la luz, clavó sus ojos en mi nuca y la respiración en mi cabello. Me erizó los vellos. Me erizó la voz. Me erizó su piel. No atiné a decir nada solo a escuchar lo que dijo con un hilo de voz: “Qué especiales serán estos días, que pena que tengan que acabarse”, volteé muy rápido y la miré largo rato para por fin decir: “Eres tonta y si piensas en el final mejor vete de una vez” No entendí muy bien el porqué de mis palabras y ella se sentó a mi lado mirando hacia el mar como yo, me empujó como jugando y yo sonreí.

A quién se le ocurrió que a los 16 se pueden decidir cosas tan difíciles?

Concluyendo

Si no me quiere, no me quiere.
Pero si no me quiere me pierdo.
Si me busca no me quiere.
Si me dice que estoy loca, no me quiere.
Si no me dice nada, no me quiere.
Si busca en mis ojos, verá una puerta.
Si habre la puerta encontrá: tristeza, locura, amor.

Fué un experimento que causó una gran dosis de dolor, melacolía y
una garganta terriblemente anudada.

Olvida y tilda de estúpido al tiempo que te obliga a crecer

crea colores bajo tus párpados y sue;a con ayer

Sabes que hay pieles en tu piel, hay vida en tu ser,

hay color en lo que ves, hay sue;os en tu voz

y lo demás, todo lo demás se va con el viento hacia un lugar peor.

No como hoy, no como la voz, no como el sol, como el brillo de tu piel hacia la luz artificial

la luz artificial, no tu piel, nunca tu piel.

No te preocupes si esta noche sólo duermes, mañana habrá otra.


... Yo solo quiero eso.