miércoles, 22 de septiembre de 2010

El cigarrillo se consumía entre sus dedos mientras alguien terminaba de pronunciar la palabra “morir” y fue en ese momento que decidió que realmente era momento de revivir y de prender otro cigarrillo, igual y hay cosas que aun no iban a cambiar, pero todo lo que le anudaba la garganta comenzaba a irse con el viento frio que golpeaba con fuerza las hojas de los árboles y con el humo de ese cigarrillo.

2 comentarios:

  1. Anoche estube conversando con mi cigarrillo, me senti cansada, aburrida y tan vacia que a veces hasta pienso, que ni siquiera existo.
    Lo encendi muy lentamente le di una fumada y al mirar el humo que en el espacio se volatizaba recorde tantas cosas que crei olvidadas. Se las conte todas mientras que lo fumaba.
    Le converse de ti y de mis añoranzas, le conte de tus besos y de mis esperanzas, le conte de tu olvido, de mis lagrimas tantas, de a quello que vivimos y que hoy se ha vuelto nada.
    Le dije que es posible que a mi nadie me quiera por que he intentado vivir a mi manera porque me he negado a pagar el tributo de bajeza y pecado que hoy nos exije el mundo.
    Que a la mejor estoy acabada o que la vida me ha vencido, que he sufrido y he llorado, que he luchado y he reido. Y que es lo que he ganado por ser asi tan comprensiva: solo vivir desesperada, en un mundo tan vacio.

    (Ana Gabriel)

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