Era fácil vivir y mirar el cielo con la cabeza pegada a la almohada, lo difícil era mantener los recuerdos alejados. Que bonito era levantarse muerta de frio y empuñar algo con que cubrir los pedazos de su cuerpo que quedaban descubiertos hacia el viento, hallarse parada frente al espejo y sonreirse. Que difícil no saber que hacer contigo, que difícil no saber que hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario